
Este domingo en Ciudad Victoria, Tamaulipas, Mario López Hernández “La Borrega Corrupta” intentó colarse sin invitación al evento de la presidenta Claudia Sheinbaum.
Llegó por su cuenta, sin estar considerado en la lista ni en el protocolo oficial. El resultado fue claro: le pidieron que se retirara y se tuvo ir como el perro moviendo la colita y tragándose su soberbia.

Y es que el exalcalde de Matamoros carga con demasiados negativos. Dejó una deuda pública de más de 180 millones de pesos, y jamás cumplió sus promesas estrella: el Metrobús, el Parque El Laguito, el Estadio Municipal y hasta una Plaza de Toros, que solo existieron en discursos y en diseños.
Pero su mayor error fue traicionar al movimiento, a la Cuarta Transformación. En 2022, cuando Américo Villarreal era candidato a la gubernatura, “La Borrega Corrupta” operó en su contra y lo sigue haciendo, amafiado ahora con Maki Ortiz y su hijo Carlos Peña, a quien le dice su ahijado.

En 2024, en plena elección, fue captado en video votando por Lety Salazar, candidata del PAN y PRI. Así de clara es su doble cara, es un tipo soberbio e hipocrita, traidor y corrupto, pues tiene varias carpetasde investigación en su contra por desvíos de recursos.
Además la Auditoría Superior del Estado le ha reabierto sus cuentas públicas, amén de que el Congreso Local, no le ha aprobado la mayoría de ellas.

Pese a que amablemente le pidieron a “La Borrega Corrupta” que se retirara del lugar, este quiso colarse como si nada hubiera pasado. Pero la Cuarta Transformación tiene memoria. Y ni Claudia Sheinbaum, ni el gobernador, ni la gente olvidan quién estuvo con ellos y quién jugó en contra, como este traidor.
Testigos aseguran que salió visiblemente molesto tras ser retirado del lugar. No era para menos: quiso llegar sin invitación, como si aún tuviera espacio político, y se topó con la realidad. Hoy, la transformación avanza pero sin corruptos como él.