
*El caso del Metrobús fantasma se ha convertido en símbolo de una administración que prefirió mentir antes que cumplir, y que eligió alimentar expectativas sin intención de darles forma.
Alejandro Mares Berrones
En 2021, Mario López, entonces alcalde de Matamoros, anunció un proyecto que despertó esperanza entre la clase trabajadora: la construcción de un sistema de metrobús que conectaría de forma eficiente a miles de personas con los parques industriales de la ciudad. Toda eso fue pura saliva.
Años después, ese ambicioso proyecto no pasó de ser una promesa más. No hubo avances, ni obras iniciadas, ni siquiera un documento técnico que respalde su existencia.
Mario López se presentaba como un funcionario comprometido con el trabajo y el desarrollo de Matamoros. Pero el caso del Metrobús evidencia lo contrario: una simulación cuidadosamente construida, sin intención real de cumplirse.
No se colocó una sola piedra. No hubo estudios. No hubo explicaciones. Solo un discurso útil para tiempos electorales, que sirvió más para engañar al pueblo que para construirles una realidad y a la vez necesidad.
Este sujeto de marras, se decía muy honesto, pero resultó uña larga y además mentiroso; que se podía esperar si venía del viejo PRI, donde había sido Contralor Municipal y como buen oportunista, se colgó en el 2018 de la imagen de AMLO, para llegar a la alcaldía, donde hizo un negro papel.
La clase trabajadora, que en su momento creyó en la palabra Mario López, hoy se ha dado cuenta de quién es en realidad. La esperanza que generó se transformó en decepción, y la confianza que despertó se disolvió con el tiempo; resultó ser un alcalde mentiroso, tramposo y con graves observaciones por parte de la Auditoría Superior del Estado.
La indignación crece entre ciudadanos y organizaciones sociales que exigen cuentas claras. ¿Dónde están los recursos? ¿Qué pasó con el proyecto? ¿Existió alguna vez o todo fue parte de una estrategia política, de una burla y vil mentira?.
El caso del Metrobús fantasma se ha convertido en símbolo de una administración que prefirió mentir antes que cumplir, y que eligió alimentar expectativas sin intención de darles forma.
El Metrobús de Mario López Hernández, “La Borrega Corrupta” nunca arrancó. Y con esa promesa incumplida, su credibilidad quedó por los suelos; terminó su gobierno mentándole la madre a los morenistas que lo llevaron al poder; pero también dejó a Matamoros con una gigantesca deuda por 160 MDP.
Las cuentas públicas de los años 2018, 2019, 2021, 2022, 2023 y 2024; no le han sido aprobadas por el Congreso del Estado de Tamaulipas y desde la curul de la Cámara de Diputados, se burla, se pitorrea, se carcajea de los matamorenses, pues en seis años amasó una escandalosa fortuna, que le da para vivir a cuerpo de rey en Texas.

“La Borrega Corrupta” ya no pisa Matamoros, porque desde que asumió el cargo de diputado federal, se fue a vivir a San Benito, Texas, donde posee fuertes inversiones y hasta un rancho; este nefasto ex alcalde cerró sus changarros y actualmente posee una escandalosa riqueza, pues en seis años que estuvo como presidente municipal manejó un presupuesto de ($11,000,000,000.00) once mil millones de pesos.
Mario López, como alcalde de Matamoros, “se sacó la lotería de Texas”. El metrobús que prometió fue fantasma, para darles atole con el dedo a los electores y el seguirse llevando más dinero para sus bolsillos.