EN PARTIDA DOBLE
Alejandro Mares Berrones
El movimiento de 1968, tuvo 3 causas principales que desencadenaron los hechos violentos y la pérdida de vidas humanas de ese inolvidable 2 de octubre:
El régimen autoritario del entonces presidente de la república Gustavo Díaz Ordaz, el cual ya ejercía una fuerte represión contra cualquier forma de disidencia política o social, y no iba a permitir que las Olimpiadas, se las fueran a empañar ante los ojos del mundo; como ocurrió con la muerte de los mártires y héroes de ese día.
Esa fecha, fue un parteaguas para la vida democrática del país y muchos de esos jóvenes sobrevivientes, hoy son figuras políticas (Pablo Gómez, Diego Fernández de Cevallos) y el más claro ejemplo, es la propia presidenta de la república, la doctora Claudia Sheinbaum Pardo.
Otra de las causas, fue de que los jóvenes se sentían frustrados por la falta de libertades democráticas y la corrupción en el sistema político. Y otra más, fue la brecha que se abrió entre ricos y pobres, lo cual generaba injusticia y exclusión en amplios sectores de la población.
Lo anterior es lo que nos arroja la hemeroteca pública, y queda al dedillo, recordar la frase del George Santayana: “Aquellos que no pueden recordar el pasado están condenados a repetirlo”.
EN CONTRAPARTIDA, actualmente las condiciones y circunstancias políticas y sociales que vive el país, son muy parecidas a las de 1968; aunque considero, que hoy los problemas son más graves por la participación directa del crimen organizado en todas las actividades productivas e incluso gobiernan o cogobiernan gran parte del territorio nacional.
Aunado a la falta de oportunidades para los jóvenes, que egresan por miles cada año de las universidades como profesionistas y se ven frustrados al no encontrar una oportunidad para trabajar de lo que se graduaron y tienen que dedicarse a otra cosa u oficio e incluso hasta el mismo crimen organizado los recluta con falsas promesas laborales.
La reciente manifestación de la Generación Z y la del Movimiento del Sombrero, esta última que surge por el crimen del alcalde de Uruapan, Carlos Manzo, son solo el principio, el preámbulo a lo ocurrido en 1968. El gobierno del actual régimen de la Cuarta Transformación, debe poner atención y resolver “las causas” que han dado pie a estos movimientos.
A los que se suman las manifestaciones y bloqueos de transportistas y productores agrícolas que exigen seguridad en las carreteras del país, porque ya no aguantan las extorsiones y asaltos del crimen organizado.
En el caso de los productores agrícolas, ellos requieren mejores precios para sus productos y agua para sus tierras, ya no aguantan un año más en las condiciones en las que se encuentran, se están asfixiando.
Mal haría el gobierno de Claudia Sheinbaum, el de reprimir cualquier tipo de manifestación, porque ni modo que diga que no conoce la historia, si ella vivió la represión de un gobierno autoritario como el de Díaz Ordaz.
La doctora tiene la capacidad, la experiencia, la inteligencia y la sensibilidad política para resolver todos estos “infiernillos” –así se le llama en el argot político a los conflictos- que ya le cuelgan a su gobierno, de no hacerlo a la brevedad posible, es muy probable que el Mundial de futbol se va empañar por manifestaciones como las que hemos visto y eso daría una muy mala imagen de nuestro país ante el mundo.
Tampoco, la presidenta se puede dar el lujo, que algunos miembros de su gabinete, como la secretaria de gobernación, Rosa Icela Rodríguez, “acalambre” a los manifestantes de que por cerrar vías y carreteras están cometiendo un delito o que sus líderes tienen expedientes criminales. No se debe regresar al pasado, la represión es la chispa que busca la oposición y los enemigos del régimen para encender al país.
El gobierno no solo debe apoyar a los pobres, también a la clase media y a los ricos, debe de existir una justa medianía en la gobernanza. Resolver la inseguridad y la corrupción política que carcome al país, es prioridad de prioridades. La inversión nacional y extranjera está estancada; los ricos ya piensan emigrar y trasladar sus capitales hacia España y Portugal.
Los cárteles amafiados con el Ejército y la Marina, ahora son los dueños de las Aduanas y Puertos, el tráfico de armas, municiones, dinero, drogas y el contrabando de huachicol sigue operando normalmente.
La reforma judicial, fue arriba con los Magistrados y Jueces; pero no abajo, con los Ministerios Públicos quienes son los responsables de llevar la investigación de los delitos, que están copados y hasta apadrinados por la delincuencia organizada, la corrupción judicial continua, las víctimas u ofendidos claman por justicia, pero nadie los oye, porque la reforma judicial empezó de arriba hacia abajo y no al revés.
Por último: ¿Qué pasaría si los productores agrícolas deciden ya no producir sus tierras o el siguiente año no sembrar sus parcelas?. Truena México.